Rosalba y Lietel son dos niñas cubanas de 10 y 9 años que durante varias semanas –junto a otros miembros de la Infancia Misionera – recorrieron las casas de La Habana y poblados cercanos para transmitir a la población que “Cristo los ama mucho” e invitarlos a participar de la visita del Papa Francisco. Así, cada vez que ingresaban a un barrio, poblado o iglesia, iniciaban “su misión” con un sketch.